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© Santillana S.A. Prohibida su fotocopia. Ley 11.723

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El ojo calla en el actoporque le grita Don Tacto:–¡Acaba ya, mentiroso!

¡Que yo soy el más valioso!Me estiro como la miela lo largo de la piel...

Es por mí que el hombre sientecuando le clavan un diente.

Siente lo suave, lo grueso,y el choquecito de un beso,la loza fría de una tazay la pared de su casa…

Cada uno, sin temor,cree que es el mejor.

Pero despierta Pericoy todos cierran el pico.

–No discutan más, sentidos,y escuchen esto que digo:ustedes, cinco hermanitostienen que estar muy juntitospara que en todo momentosea un niño sano y contento.

Si uno me falta, recuerdeque la salud mía se pierde.

Por los cinco puedo, , ,   .

Por eso, a cada segundo...¡yo soy el dueño del mundo!

E BEn Tinke-Tinke. Buenos Aires, Alfaguara, 2001.

© Herederos de Elsa Bornemannc/o Guillermo Schavelzon & Asociados, Agencia Literariawww.schavelzon.com